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Seguridad y salud en el trabajo: Síndrome de quemarse por el trabajo y su relación con las adicciones

Cuando hablamos de seguridad y salud en el trabajo generalmente solo se piensa en los procesos y procedimientos que garantizan la seguridad física de los trabajadores en su empleo, sin embargo, y más aún en la realidad actual de nuestra sociedad necesitamos enfocarnos en la seguridad y salud mental de los colaboradores.

La necesidad

Dentro del campo laboral existe una alta tasa de competitividad. Esto genera presión en los trabajadores, ya que deben responder a diversas exigencias creadas por el entorno en el que trabaja, ocasionando angustia, agotamiento emocional, trastornos en los ritmos de alimentación, la actividad física y descanso, aspectos que vienen acompañados de dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo en la salud de los individuos (Guiart, 2007).

El síndrome de quemarse por el trabajo

La necesidad de cumplir con dichas exigencias medioambientales se conoce como el ´síndrome de quemarse por el trabajo´, cuya definición es aquella sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resulta por una sobrecarga, la cual necesita que se haga uso de recursos personales con el fin de cumplir con lo que su trabajo le solicita.

Este síndrome contiene tres características: el agotamiento emocional, la despersonalización y el sentimiento de bajo logro o realización profesional y/o personal (Guiart, 2007).

En primer lugar, el agotamiento emocional hace referencia a la sensación de no poder dar más de sí mismo, esto es causado por el cansancio tanto físico como mental, se puede presentar cada una por separado o ser una combinación de ambas.

En segundo lugar, se encuentra la despersonalización, en la que se presenta el desarrollo de sentimientos, actitudes y reacciones negativas, distantes e indiferentes hacia los demás, especialmente los clientes, pacientes, usuarios, etc.

Esto se acompaña de un aumento de la irritabilidad y pérdida de motivación, tanto hacia la población objetivo para la que trabaja, como los miembros del equipo con el que trabaja, empleando etiquetas cínicas, irritables, sarcásticas y, a veces, despectivas para referirse a usuarios, clientes o pacientes intentando hacerlos sentir culpables, asumiendo que esto ayudará a reducir la carga de trabajo (Guiart, 2007).

Por último, se encuentra el sentimiento de bajo logro o realización profesional y/o personal, “el cual surge cuando se verifica que las demandas exceden su capacidad para atenderlas de forma competente, ocasionado respuestas negativas hacia sí mismo y hacia su trabajo, así como evitación de las relaciones personales y profesionales, bajo rendimiento laboral, incapacidad para soportar la presión y una baja autoestima. Además, la falta de logro personal en el trabajo se caracteriza por una dolorosa desilusión y fracaso al darle sentido a la actividad laboral, se experimentan sentimientos de falta de competencia, de esfuerzo o conocimientos, carencia de expectativas y horizontes en el trabajo y una insatisfacción generalizada. Como consecuencia se da la impuntualidad, la evitación del trabajo, el ausentismo y el abandono de la profesión.” (Guiart, 2007).

¿Cómo podemos ayudar?

De acuerdo con las políticas de seguridad y salud en el trabajo, la Fundación Libérate plantea alternativas como el uso de las siguientes estrategias:

  1. Generar un proceso personal de adaptación de las expectativas a la realidad cotidiana
  2. Contribuir en el equilibrio de áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo
  3. Fomentar una buena atmósfera de equipo: espacios comunes, objetivos comunes
  4. Limitar la agenda laboral
  5. La formación continua dentro de la jornada laboral (Saborío & Hidalgo, 2015)

No obstante, no todas las personas que tienen presiones laborales hacen uso de estrategias efectivas como las anteriormente mencionadas, puesto que no son tan conocidas. Este desconocimiento conlleva a optar por estrategias como el consumo de sustancias psicoactivas, pues debido a la gran variedad y disponibilidad que existe de estas los individuos suelen acudir a estas conductas de riesgo (Gallegos & Valdivia, 2013).

Tipos de sustancias y su relación con el síndrome

Inicialmente, se puede encontrar el consumo de sustancias depresoras, ya que son aquellas que tiene efecto de la disminución de la actividad del sistema nervioso central, generando una sensación de relajación que muchas veces se dificulta alcanzar con un síndrome de quemarse por el trabajo, estas sustancias permiten que se logre conciliar el sueño, haya menores índices de ansiedad y le permitan al individuo sentirse es un estado de calma.

De igual manera, se puede encontrar el consumo de sustancias estimulantes, las cuales al ingresar al sistema nervioso central generan activación, euforia, excitación y aumento de la energía, este consumo se ve impulsado por la necesidad de cumplir las metas dentro de su trabajo y mantenerse activo durante un tiempo prolongado, pues disminuyen la fatiga y el cansancio; sin embargo, al hacer que el cerebro esté más sensible ante los estímulos, puede volver a las personas más agresivas e irritables.

Finalmente, se encuentra el consumo de sustancias alucinógenas, las cuales generan una alteración en la percepción, son utilizadas como medio de escape y distracción de la realidad de sus trabajos, estas ocasionan distorsiones en los cinco sentidos, pues interrumpe el funcionamiento normal del sistema nervioso central, hay un aumento en el estado de ánimo, hay euforia, sensación de “tocar” la música, en general se presentan sensaciones sensoperceptuales.

Ante el síndrome, ¿qué se recomienda?

Con el fin de llevar a cabo un sano tratamiento de la crisis en el trabajo, sin contemplar el abandono de las labores y protegiendo al colaborador del uso de sustancias psicoactivas, se recomienda buscar el acompañamiento de profesionales de la salud mental para desarrollar actividades que promuevan el bienestar laboral y desarrollen contenido de psicoeducación.

Así mismo, es necesario que en los casos en los que ya se ha identificado este problema, se acuda a un proceso con psicología que le permita a la persona evaluar su estado y desarrollar estrategias que alivien el malestar y le permitan retomar su motivación viviendo una cultura de la libertad.

En la Fundación Libérate queremos apoyar a las empresas en el cumplimiento de su política de salud y seguridad en el trabajo.

Referencias

Gallegos, W. A., & Valdivia, J. Z. (2013). Clima organizacional, síndrome de burnout y afrontamiento en trabajadores de un hospital oncológico de Arequipa. Revista De Psicología/Journal of Psychology, 15(1), 37-54.

Guitart, M. A. A. (2007). El síndrome del burnout en las empresas. In Tercer Congreso de Escuelas de Psicologia de las Universidades Red Anahuac (pp. 1-7).

Saborío Morales, L., & Hidalgo Murillo, L. F. (2015). Síndrome de Burnout. Medicina Legal de Costa Rica, 32(1), 119-124.