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Mindfulness para el estrés

A lo largo del ciclo vital es común presentar periodos de estrés en momentos donde ciertos estímulos perturban el equilibrio de nuestras vidas a modo de desafío o amenaza; un ejemplo claro puede ser un despido laboral, en el que el malestar generado por responsabilidades económicas sobrepasa las estrategias de afrontamiento con las que cuenta la persona, desencadenando síntomas como inestabilidad emocional, ansiedad, dolor de cabeza, cambios de conducta y cansancio, que además de afectar distintas áreas de ajuste, puede repercutir en la calidad de vida de la persona (López Santana, Díaz Berasategui, Cintra Hernández, & Limonta, 2014).

El estrés se define como un proceso de tipo físico, mental y emocional producido por demandas externas o internas; en el que el cuerpo y la mente buscan adaptarse al nuevo escenario en que se encuentran. Tal esfuerzo por restituir el balance da lugar a que el cuerpo se prepare para hacer frente al problema o escapar (Rosselló, Zayas, & Lora, 2016). Una herramienta útil para el manejo de episodios de estrés es la práctica de la meditación mindfulness; estudios han revelado los beneficios en cuanto a la reducción de la sintomatología y la mejora de la calidad de vida a través de la relajación y el desarrollo de un estado de calma. (Benson & Klipper, 1975; Coffey & Hartman, 2008; Grossman et al., 2004; Hart, 2007; Kabat- Zinn, 1990; Kabat-Zinn et al., 1992; Ostafin, Chawla, Bowen, Dillworth, Witkiewitz, & Marlatt, 2006, Williams et al., 2007).

El mindfulness emerge como una alternativa para la solución del malestar provocado por problemas como el dolor crónico, ansiedad, depresión, o rumiación. Este se basa en la atención dirigida al presente, dejando a un lado los juicios de valor que suelen presentarse y entendiéndolos como eventos mentales transitorios (Tomás Esteban Sard-Pecka, 2019). Investigaciones indican la relación existente entre el ejercicio de la consciencia plena, el estrés apreciado y el bienestar psicológico desde la población específica de adultos; donde se encuentra que, a mayor manejo de la práctica de la meditación mindfulness, mayor sensación de bienestar general y menor sintomatología relacionada con el estrés como lo son la ansiedad, creencias disfuncionales, y desmotivación. (Rosselló, Zayas, & Lora, 2016).

Por Luisa Peláez – Profesional en formación 2022-2 en la Fundación Libérate