La regulación emocional y el consumo
La regulación emocional es fundamental para nuestro desarrollo en el entorno familiar ya que nos capacita para modular las diferentes emociones y respuesta fisiológica que se pueden presentar por factores como el consumo de sustancias, “se ha evidenciado que el consumo de sustancias provoca efectos dañinos a nivel comportamental, emocional y cognitivo, por lo que como nos menciona (Gutiérrez,2013) esto generará un deterioro en la regulación emocional y en particular el estrés e irritación” (García, 2017).
Debemos entender que al verse afectada la regulación emocional es muy probable que se presenten mayores episodios de ira que se deben a la poca tolerancia al estrés. Por lo tanto, una acción que se puede percibir como normal, en este contexto de sensibilidad puede causar malestar y convertirse en un disparador de violencia o agresión en la persona cuya regulación emocional se vio afectada por el consumo de sustancias.
Es necesario mencionar que además de la poca tolerancia al estrés, el consumo de sustancias también trae un efecto negativo en la alegría y motivación de la persona, por lo que será muy común que se presenten episodios con síntomas asociados a la depresión y un constante bajo estado de ánimo, ya que como nos comenta (García,2017) debemos tener en cuenta que el consumo de cocaína, heroína, cannabis y alcohol causara la prevalencia de síntomas asociados a la depresión comparados a los de la población general.
Como consecuencia de lo anteriormente mencionado, la persona en consumo puede aislarse y evitar el contacto con los demás, tener muy poca energía la mayor parte del tiempo y procurar estar en su cuarto sin moverse ni hacer ninguna actividad ya que se le dificulta encontrar la motivación general para desarrollar su día.
La falta de regulación emocional en las personas que consumen sustancias psicoactivas puede ocasionar un daño a la relación o dinámica familiar ya que “se puede presentar falta de comunicación y un clima familiar conflictivo, como nos menciona (Quezada,2012) al ser la familia el primer espacio en que la persona aprende a socializar existen diferentes factores que influyen en las personas y pueden llegar a ser un factor que promueva el consumo de sustancias tales como los estilos de crianza parental, la manera en que se comunican entre los miembros de la familia, el establecimiento de normas y reglas, el clima familiar y un ambiente que promueva el consumo de sustancias”.
La intervención
El identificar estos factores es el primer paso para poder intervenir con la ayuda terapéutica necesaria y así iniciar un proceso que le brinde a las personas un mayor control o regulación de sus emociones y dé pautas que aporten a desarrollar una adecuada salud mental en familia para un ambiente más sano y proactivo.
Teniendo en cuenta la importancia de las emociones, resulta indispensable comprender de qué manera podemos tener una mejor regulación emocional. “Las personas contamos con dos tipo de inteligencia, como nos menciona (Murcia,2012) está la inteligencia emocional que nos ayuda a ser más conscientes de lo que estamos viviendo, lo que sentimos al respecto y entender que está bien sentir todo de tipo de emociones desde una alegría inmensa hasta un tristeza profunda, con la finalidad de que esta conciencia nos ayude a tomar mejores decisiones al momento de sentir estas emociones, también está la inteligencia racional que nos ayuda a todas las personas a tomar un momento para razonar y darnos cuenta que decisión es más pertinente, esto también involucra a las personas a nuestro alrededor ya que también debemos ser conscientes de percibir y comprender los sentimientos de los demás para así tener un mejor desarrollo con las personas a nuestro alrededor”.
La inteligencia emocional y racional nos pueden brindar ese soporte para ser más conscientes y tener una mejora en la toma de decisiones, “sumado a esto también podemos hacer uso de la asertividad emocional que nos puede ayudar a mejorar la expresión de nuestras emociones a través de una adecuada comunicación con los demás como nos dice (Murcia,2012) esto se puede lograr a través de escuchar, interiorizar y asimilar lo que nos comentan los demás y comunicarnos con un lenguaje claro, sencillo y asertivo”.
En conclusión, la invitación que Fundación Libérate quiere hacer es que se emplee tiempo para el desarrollo de habilidades con la finalidad de que con acompañamiento profesional se mejore en la comunicación, toma de decisiones y asertividad, lo que beneficiará la salud mental en familia.
Santiago Núñez Rojas – Psicólogo en formación de la Fundación Libérate
Referencias
Gutiérrez, M., Milena, M. (2013). LA REGULACIÓN EMOCIONAL: PRECISIONES Y AVANCES CONCEPTUALES DESDE LA PERSPECTIVA CONDUCTUAL. Psicologia USP, 24(2),225-240.
García, V., Luque, B., Ruiz, S., Tabernero, C. (2017). LA AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL EN LA DEPRESIÓN Y EL DETERIORO COGNITIVO DE CONSUMIDORES DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS. Salud y drogas, 17(2),125-136.
Quezada, G., Paredes, D., Guidorizzi, A., Arena, C. (2012). CONSUMO DE DROGAS PSICOACTIVAS Y FACTORES DE RIESGOFAMILIAR EN ADOLESCENTES. Revista CUIDARTE, 3(1),260-269.
Murcia, C., Jiménez., M. (2012). Manejar las emociones, factor importante en el mejoramiento de la calidad de vida. Revista Logos, Ciencia & Tecnología, 4(1),58-67.